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martes, 25 de octubre de 2011





“EDUCACIÓN, FORMACIÓN Y DESARROLLO PARA LA VIDA”

(Realidades que se construyen como proyectos de existencia)









La Educación juega un papel fundamental en la construcción de las realidades existenciales del hombre y por ende de la sociedad. A lo largo de la historia del ser humano ha estado presente como parte de su evolución y desarrollo. Ha sido a través de los diferentes métodos pedagógicos como también la Educación ha evolucionado, hasta reconocer una enseñanza que sea formadora, integral y significativa para la persona.

En mi opinión y con un enfoque Humanista, la Educación se constituye como  un proceso dinámico que genera la necesidad de un análisis profundo del conocimiento del ser humano, como inicio de un proceso transformador y de adaptación a las circunstancias de su historia. La concepción humanista  acepta que el ser humano tiene un potencial ilimitado de capacidades y que por lo mismo puede aprovecharlas en beneficio de sí mismo, de la sociedad y del medio que le rodea, condiciones básicas para su trascendencia.

La Educación por sí misma  le provee al hombre del desarrollo de dicho potencial, con la intención de que  promueva una  interacción más sana en este mundo de cambios radicales y progresivamente imparables. Es la formación basada en Conocimientos, Habilidades, Valores y Actitudes para la vida la que garantiza una Educación Integral que despierta la conciencia y promueve el desarrollo humano de los alumnos, mejorando así su calidad de vida y de las personas en convivencia.

Cuando un ser humano a través de su toma de conciencia se da cuenta que es él quien decide el futuro de su realidad existencial, entonces enfrenta la necesidad de crear su proyecto de vida y es ahí donde la Educación cobra sentido.



Nuestra Universidad ha elegido como parte fundamental de su misión brindar una formación integral basada en el aprendizaje significativo y el desarrollo humano y es La Dirección de Desarrollo del Potencial Humano quien tiene como objetivo fundamental ser un departamento de atención y apoyo a la comunidad Universitaria, a fin de contribuir a una formación total y un desempeño integral.



Haber nacido como Institución con una base sólida de Principios que fundamentan la Vida en Sociedad, le ha dado a la Universidad su ideología y filosofía Organizacional.  Desde el mismo origen del proyecto de nuestra Universidad se ha puesto de manifiesto que aceptamos leyes básicas inmutables del ser humano, a las que no podemos contravenir, hacerlo sería extraviarnos de la esencia misma de la vida en sociedad.

Por lo anterior uno de los propósitos fundamentales en nuestra área es coadyuvar en la Misión y Visión de nuestra Universidad, generando programas que impulsen y sigan manteniendo a la vanguardia nuestra Institución.  Se cita que: La Universidad  de León tiene como visión ser forjadora de líderes emprendedores con fortaleza y valores, capaces de contribuir en la transformación positiva del país”.  Ello implica que tenemos un papel importante en la responsabilidad y compromiso que esta acción genera.

Por esta razón hemos estructurado una serie de propuestas que invitan a la participación integral de la comunidad universitaria, en donde todos podemos colaborar para conseguirlo.

Queremos crear las condiciones y ambiente necesarios y suficientes para que los alumnos, (razón y esencia de nuestra institución), reciban la estimulación adecuada para que:

a)    Se automotiven y  sientan la necesidad de la transformación interna y se esfuercen en conseguirlo.

b)    Siendo ellos los actores principales de su propio desarrollo, encuentren la asesoría integral que los lleve a conseguirlo;  ya que se les orientará en las dimensiones de los conocimientos, los valores, las actitudes y las habilidades.

c)    Adquieran una visión personal como futuros Líderes creadores de negocios.





Tenemos las siguientes líneas de trabajo que lo promueven:



  1. Académica: Generando las condiciones óptimas para el proceso de enseñanza aprendizaje. Asesoramos a alumnos en su proceso educativo, brindamos Orientación vocacional y a los maestros capacitación y formación en su proceso de enseñanza.
  2. Desarrollo Humano integral: Con materias incluidas en la currícula formal que promueven valores y actitudes para un desarrollo integral del alumno, además se les apoya a través de atención psicoterapéutica individual y/o grupal a mantener una salud, bienestar y desarrollo personal. Tenemos un espacio en la red para atención y orientación psicológica.
  3. Creación de Negocios: Es el área de desarrollo y estímulo para promover el espíritu y liderazgo creador. Apoyamos la idea de negocio y  acompañamos al alumno en todo el proceso de estructura y apertura del mismo o del mejoramiento de la empresa si ya se tiene un negocio. Todo lo anterior a través de capacitación, talleres formativos y asesorías personalizadas.
  4. Atención Social: Es el área de compromiso  con la comunidad, generamos actividades independientes y de coparticipación con instituciones no gubernamentales, para promover una participación con responsabilidad social. Despertando la conciencia de que sin paternalismos nuestra oportunidad de servir a la sociedad nos hará construir una mejor y que si así lo hacemos,  todos estaremos mejor.
  5. Desarrollo de Personal: Ofrecemos Bolsa de trabajo, asesoría para entrevistas laborales y evaluaciones psicológicas que permitan definir el perfil laboral. Además nos ocupamos en contratar, capacitar y desarrollar a los colaboradores de toda la Comunidad Universitaria a fin de proporcionar un servicio y atención de calidad.





Nuestro propósito es consolidar nuestra participación como un Departamento fundamental, en donde se promuevan constantemente proyectos e ideas de desarrollo e innovación, a fin de mantenernos como institución de vanguardia en el nivel Académico, Social, de Desarrollo Humano, de Creación de Negocios y del Desarrollo del personal; estimulando el potencial de todos los que integramos la comunidad Universitaria. Estamos generando las condiciones necesarias de una Formación para la vida, convencidos de que es el camino para la construcción de nuevas realidades y mejores proyectos de existencia.







Mtro. Jorge Castorena Martínez

Director de Desarrollo del Potencial Humano

Universidad de León


miércoles, 13 de abril de 2011

Bienvenidos

Hola este es un espacio para compartir cuentos, relatos, historias, metáforas de vida que nos sirvan para aprender a reescribir nuestra historia personal de existencia, al tener alternativas para ser leídas a través de nuestra sabiduría interior.

FÁBULA DE LA HORMIGA FELIZ


Anónimo


Todos los días, muy temprano llegaba a su empresa la hormiga

Productiva y feliz. Allí pasaba sus días, trabajando y tarareando una antigua canción de amor.



Ella era productiva y feliz, pero ¡ay!, no era supervisada.



El abejorro gerente general consideró que ello no era posible, así que se creo el puesto de supervisor, para el cual contrataron a un escarabajo con mucha experiencia en JIT, Poka Yoke & Kan Ban.



La primera preocupación del escarabajo supervisor fue organizar la hora de llegada y de salida y también preparó hermosos informes.



Pronto fue necesario contar con una secretaria para que ayudara a preparar Los informes, así que contrataron una arañita muy picuda en PFMEAs que Organizó los archivos y se encargó del teléfono.



Mientras tanto la hormiga productiva y feliz trabajaba y trabajaba. El abejorro gerente estaba encantado con los informes del escarabajo supervisor, así que pidió cuadros comparativos y gráficos, indicadores de gestión y análisis de tendencias. Entonces fue necesario contratar un gorgojo especialista en ISO 9000, SPC y GDT para el supervisor y fue indispensable un nuevo computador con impresora a color.



Pronto la hormiga productiva y feliz dejó de tararear sus melodías Y comenzó a quejarse de todo el papeleo que había que hacer ahora.



El abejorro gerente, entonces, consideró que era momento de adoptar medidas.



Así crearon el cargo de Gerente del Área donde trabajaba la hormiga productiva y feliz.



El cargo fue para una cigarra "Black Bell" que alfombró su oficina Se hizo adquirir un sillón especial. El nuevo gerente necesitó - claro está - un nuevo computador y - cuando se tiene más de un computador - hay que tener una red local y por supuesto un ingeniero de sistemas, cargo que fue ocupado por un aguerrido Piojo egresado de la UNAM, muy ducho en Windows NT, Linux, Oracle, CISCO, SAP, AS400 y UNIX.



 Con tanta información, el nuevo gerente pronto necesitó un asistente (Un grillo trilingüe con 5 años de experiencia en MRP que había sido su ayudante en la empresa anterior), para que le ayudara a preparar el plan estratégico y el presupuesto para el área donde trabajaba la hormiga productiva y feliz.



La hormiga ya no tarareaba sus viejas melodías y cada vez se le notaba más irascible. "Vamos a tener que contratar un estudio de clima laboral un día de estos" dijo la cigarra.



Pero un día el gerente general, al revisar las cifras, se dio cuenta que la unidad de negocios (donde trabajaba la hormiga productiva y feliz), ya no era tan rentable como antes. Así que contrató al búho, prestigioso consultor de World Class Consulting Group, para que hiciera un diagnóstico.



El búho estuvo tres meses en la empresa y pronto emitió un sesudo informe:



"Hay demasiada gente en este departamento.....". Así el gerente

general siguió el consejo del consultor y... despidió a la hormiga productiva y feliz



Moraleja: SI ERES HORMIGA PRODUCTIVA Y FELIZ, INSTALA TU PROPIA EMPRESA Y MANDA A LA FREGADA....  A LOS DEMAS.



SI ERES CUALQUIERA DE LOS OTROS PERSONAJES, iFELICIDADES¡¡ YA FREGASTE!!

La Vacas de la mediocridad

Por: Camilo Cruz


Definamos la vaca


La vaca simboliza todo aquello que te mantiene atado a la mediocridad.
Una vaca puede ser una excusa.
Una vaca también puede ser un pensamiento irracional que te paraliza y no te deja
actuar.
En ocasiones las vacas toman la forma de falsas creencias que no te permiten utilizar tu
potencial al máximo.
Las justificaciones, por lo general, son vacas. Éstas son explicaciones que has venido
utilizando para justificar por qué estás donde estás, a pesar de que no quisieras estar
ahí.
Como ves, las vacas pueden adoptar diferentes formas y disfraces que las hacen
perceptibles en mayor o menor grado. En general, toda idea que te debilite, que o que
te dé una salida para eludir la responsabilidad por aquello que sabes que debes hacer,
es seguramente una vaca.
Las excusas son las vacas más comunes. Éstas no son más que maneras cómodas de
eludir nuestras responsabilidades y justificar nuestra mediocridad buscando culpables
por aquello que siempre estuvo bajo nuestro control.
Sólo tres cosas son ciertas acerca de las excusas:
Si verdaderamente quieres encontrar una excusa, ten la plena seguridad que la
encontrarás.
Cuando comiences a utilizar esta excusa (vaca), ten la total certeza que encontrarás
aliados. ¡Sí! Vas a encontrar personas que la crean y la compartan. Ellas te van a decir,
“yo sé como te sientes porque a mí me sucede exactamente lo mismo”.
La tercera verdad acerca de las excusas es que una vez las des, nada habrá cambiado
en tu vida. Nada habrá cambiado acerca de tu realidad. Tu mediocridad seguirá ahí, el
problema que estás evitando enfrentar mediante el uso de esa excusa permanecerá
igual. No habrás avanzado hacia su solución, por el contrario, habrás retrocedido.
Las excusas son una manera poco efectiva de lidiar con el peor enemigo del éxito: La
mediocridad.
Cierto tipo de pensamientos se convierten en vacas porque no nos dejan actuar y nos
paralizan. Muchas veces son ideas que hemos venido repitiendo sin saber por qué.
Ideas que escuchas de otras personas y la repetición y el tiempo las han convertido en
dichos populares que no son más que mentiras revestidas de una fina capa de algo que
se asemeja a la verdad.
Un ejemplo de esto es la tan común idea de: “Yo soy una persona realista”. ¿Si ves? Si
le preguntas a una persona positiva si ella es optimista, con seguridad te dirá que sí. No
obstante, si le preguntas a una persona negativa si ella es pesimista, seguramente te
responderá algo así: “Yo no soy pesimista, yo simplemente soy realista”. Si te das
cuenta, éste es un pensamiento que no sólo te impide ver tu propio pesimismo, sino
que programa
qué logras ver y no ver del mundo que te rodea.
El pesimista vive en un mundo negativo y deprimente, mientras que el optimista vive en
un mundo positivo y lleno de oportunidades. Sin embargo, los dos están viviendo en el
mismo mundo. Las diferencias que ellos observan son sólo el resultado de sus
pensamientos dominantes.
Los pesimistas, por ejemplo, tienden a reaccionar negativamente ante todo, casi de
manera automática. Su visión de la vida y sus expectativas son casi siempre pobres. No
obstante, ningún bebé nace con una actitud negativa, éste es un comportamiento
aprendido o socialmente condicionado por el medio. Todos los días programamos
nuestra mente para el éxito o para el fracaso, muchas veces de manera inconsciente.
La buena noticia es que así en el pasado hayamos permitido que nuestro entorno, o
aquellas personas que se encuentran a nuestro alrededor, nos hayan condicionado
para el fracaso, hoy podemos cambiar de actitud y reprogramar nuestra mente para el
éxito.
Los pensamientos negativos son vacas que no sólo te mantienen atado a la
mediocridad, sino que poco a poco destruyen tu vida. Generan fuerzas y sentimientos
nocivos dentro de ti, que suelen manifestarse en males y aflicciones en el cuerpo, tales
como úlceras, males del corazón, hipertensión, problemas digestivos, migrañas y otras
aflicciones.
Sin embargo, nadie nace con estas emociones y sentimientos negativos; ellas son
vacas que inadvertidamente adoptamos a lo largo de nuestra vida. Los hemos
aprendido y programado en el subconsciente y las consecuencias son desastrosas. Los
pensamientos hostiles y de enojo, por ejemplo, suben la presión arterial, mientras que
el resentimiento y la tristeza debilitan el sistema inmune del cuerpo.
¿Te has dado cuenta cómo aquellas personas que constantemente se quejan por todo,
son las mismas que suelen enfermarse constantemente? Martín Seligman, profesor de
la Universidad de Pensilvania, asevera que el sistema inmunológico de la persona
pesimista y negativa no responde tan bien como el de la persona optimista y positiva.
Los pesimistas sufren de más infecciones y enfermedades crónicas.
Un estudio realizado por la Universidad de Harvard demostró que aquellas personas
que a los 25 años de edad ya exhibían una actitud pesimista, habían sufrido en
promedio un mayor número de enfermedades serias a la edad de los 40 y 50 años.
En otro estudio realizado con 57 mujeres que sufrían de cáncer del seno y quienes
habían recibido una masectomía, un grupo de investigadores del hospital King's College
de Londres, encontró que siete de cada diez mujeres de aquellas que poseían lo que
los doctores llamaban un "espíritu de lucha" diez años más tarde aún vivían vidas
normales, mientras que cuatro de cada cinco de aquellas mujeres que en opinión de los
doctores "habían perdido la esperanza y se habían resignado a lo peor"; poco tiempo
después de haber escuchado su diagnóstico, habían muerto.
Así que como ves, muchas de estas vacas nos pueden estar robando nuestra vida.
Otros
ejemplos de vacas pueden ser ideas como: “no se puede confiar en nadie” o “con la
familia es mejor no hacer negocios”.
También hay vacas en los adagios populares que adoptamos como si fueran fórmulas
infalibles de sabiduría, pero que no son mas que ideas erradas que no nos dejan
avanzar. Dichos como: “Perro viejo no aprende nuevos trucos”, que pretenden hacerte
creer que existe una edad después de la cual es imposible aprender algo nuevo,
terminan por enceguecernos ante la grandeza de nuestra propia capacidad de
aprender.
Ahora bien, las vacas más recurrentes, y las que peores resultados traen a nuestras
vidas, son las falsas creencias. La razón es muy sencilla: estas limitaciones son falsas,
pero tú las crees verdaderas, y al creerlas ciertas, no ves la necesidad de cambiar nada
en tu vida. ¿Te das cuenta del peligro que representan estas vacas?
Por ejemplo, si en tu mente reposa la creencia de que no puedes triunfar porque no
contaste con la buena fortuna de haber asistido a la escuela, con seguridad esta idea
regirá tu vida, tus expectativas, decisiones, metas y manera de actuar. Esta falsa
creencia se convertirá en un programa mental que desde lo más profundo de tu
subconsciente regirá todas tus acciones.
¿Cómo llegan estas ideas (vacas) a convertirse en creencias limitantes? Observa la
manera tan sencilla como esto ocurre. La persona saca deducciones erradas a partir de
premisas equívocas que ha aceptado como ciertas. Algo como: “Mis padres nunca
fueron a la escuela... Mis padres no lograron mucho en la vida... Yo tampoco fui a la
escuela... Yo tampoco lograré mucho con mi vida”.
¿Ves los efectos tan devastadores que pueden tener estas generalizaciones que
nosotros mismos nos hemos encargado de crear con nuestro diálogo interno? Podemos
crear uno de los más autodestructivos círculos viciosos, ya que entre más incapaces
nos veamos nosotros mismos, más incapaces nos verán los demás. Nos tratarán como
incapaces, lo cual sólo confirmará lo que ya sabíamos de antemano: lo incapaces que
somos.
Lo cierto es que el hecho de que tus padres no hayan logrado mucho puede no tener
nada que ver con haber ido o no a la escuela. Inclusive, aunque así fuera, eso no
significa que contigo vaya a suceder lo mismo, o que tu no puedas cambiar esa
situación.
Así que cuestiona toda creencia que exista en tu vida. No aceptes limitaciones sin
cuestionar si son ciertas o no. Recuerda que siempre serás lo que creas ser. Si crees
que puedes triunfar, seguramente lo harás. Si crees que no lo lograrás, ya has perdido.
Es tu decisión.
Las justificaciones son otro tipo de vaca que te paralizan y no te dejan actuar. La razón
es muy sencilla: mientras puedas justificar algo, no te verás en la necesidad de
remediarlo. Mira como suena este tipo de vaca: “Yo sé que debería compartir más con
mis hijos, pero la verdad es que llego demasiado cansado del trabajo. Después de todo,
con el trabajo les estoy mostrando que los amo, así que no hay mucho que pueda
hacer”.
A simple vista, esta vaca parece real y quizás algunos de los lectores que la están
cargando pueden estar pensando lo mismo. Pero lo cierto es que todos nosotros
podemos emplear más tiempo con nuestros hijos.
Si ésta es tu vaca, sé creativo e ingéniate la manera de involucrar tus hijos en algunas
de tus actividades; busca compartir el tiempo con ellos durante las comidas,
pregúntales sobre su día antes que se vayan a la cama, organiza actividades
recreativas durante los fines de semana que te permitan crecer cercan de ellos. No
basta proveerles sus necesidades básicas a costa de privarlos de tu afecto. Sin
embargo, la justificación anterior hace que esta situación no te parezca tan mal. Es
más, es posible que comiences a sentirte como la víctima de dicha situación. ¿Ves lo
peligrosa que es esta vaca?
Otra excusa (vaca) que usualmente escucho para justificar esta misma situación es la
siguiente: “Lo importante no es la cantidad de tiempo que pase con ellos, sino la
calidad.” Esta es una vaca terrible, ya que justifica y hasta invita a pasar menos tiempo
con ellos. ¿Ves lo peligroso de esta vaca? Porque lo cierto es que en nuestra relación
con nuestros hijos la cantidad de tiempo que pasemos con ellos es tan importante como
la calidad. Es más, si yo tuviese que elegir una de ellas, elegiría cantidad.
¿Por qué puede un ser humano mantener una vaca en su vida a pesar de saber que le
está privando de vivir una vida plena y feliz? Parece ilógico mantener algo que va en
detrimento de nuestra propia vida.
Muchas personas no son conscientes de las vacas que tienen; otras son conscientes de
ellas, pero, igual, las siguen cuidando y alimentando, ¿por qué? Por una sencilla razón,
porque las vacas nos proveen una zona de confort, una excusa.
Por lo general las vacas depositan la culpabilidad por nuestra situación fuera de
nosotros mismos. La culpa de nuestra mala suerte es de otras personas, de las
circunstancias o del destino. Sin ninguna vaca que justifique nuestra mediocridad, no
seríamos más que unos incapaces de aceptar la responsabilidad por nuestro éxito. Sin
embargo, la vaca nos convierte en personas con buenas intenciones, a quienes
infortunadamente la suerte no le ha sonreído y nos convertimos en víctimas del destino.
Entonces, como ves, la mediocridad es peor que el fracaso total. Éste al menos te
obliga a evaluar otras opciones. Cuando has tocado fondo, y te encuentras en el punto
más bajo de tu vida la única opción es subir.
Con el conformismo sucede todo lo contrario, puesto que éste engendra mediocridad y
a su vez, la mediocridad perpetúa el conformismo. Es ciertamente un círculo vicioso
autodestructivo. El gran peligro de la mediocridad es que es aguantable, es vivible. La
absoluta miseria, el fracaso total, el fondo, te obliga a tomar cualquier tipo de acción, y
cuando estás en dicha situación, cualquier acción es mejor que no actuar.

Maltrato invisible

Maltrato invisible

Gaudi Rodríguez Juárez*

Publicado en periódico el Correo, sección “Hilar y deshilar”. Domingo 9 de julio de 2006





La violencia familiar tiene una característica de los microorganismos: ha existido desde hace mucho tiempo, pero solo hasta hace poco se ha descubierto. Y es que juntar ambas palabras (“violencia” y “familia”) resultó muy difícil debido a que durante una larga época la familia fue considerada como un espacio idealizado, de crecimiento y realización afectiva para sus miembros, de donde emanaba amor, respeto, comprensión, seguridad, consideración, etc.; mientras que la violencia era concebida como una cuestión del espacio extra-familiar o público, algo que solamente existía en las guerras, en las calles o barrios peligrosos y que era ejercida por personas delincuentes o trastornadas mentalmente. Investigadores del tema explican que durante ese tiempo la visión sesgada de la realidad familiar retrasó la posibilidad de hacer visible la otra cara de la familia: como un entorno potencialmente nocivo en el cual también se pueden violar los derechos humanos, en el que se puede experimentar desprotección, miedo e inseguridad y en el que se puede aprender la resolución violenta de conflictos interpersonales. Demasiado trabajo ha costado reconocer que uno de los principales espacios de violencia es el doméstico, y que los generadores son gente común y corriente: hombres, mujeres, pobres, ricos, eruditos, ignorantes, empleados, desempleados, sanos y enfermos mentales, alcohólicos y no alcohólicos, es triste pero es real.

Aun en la actualidad hay quien se resiste a aceptar que en muchas familias existen tantos malos tratos. Esta actitud suele estar sostenida por dos elementos  significativos: 1) Tratar mal a las personas consideradas más débiles, ha sido algo constante en la historia de la humanidad, por lo tanto, este tipo de trato se ha llegado a considerar como normal o natural, y 2) Por carecer de herramientas y criterios para detectar los diferentes tipos de maltrato. Para descubrir la existencia de los microorganismos fue necesario inventar el microscopio, para dar cuenta de la violencia familiar se requirió de la elaboración de conocimientos e instrumentos de observación y detección; el problema estriba en que estos aun no han logrado popularizarse como el microscopio.

Es tan reciente el “descubrimiento” de la violencia familiar que aun muchos de los/as profesionales relacionados con su detección y atención (maestros, policías, psicólogos, médicos, jueces, trabajadores sociales, abogados, etc.) desconocen su dinámica, sus causas, consecuencias, mecanismos de acción, etc. Y aunque el concepto ya forma parte del vocabulario, sigue cargado de mitos que contribuyen a que el problema persista y se reproduzca: “¡Ese señor ayuda tanto a la gente, cómo es posible que lo acusen de maltratar a su esposa, algo ha de hacer ella para provocarlo!”, “las personas que tienen muchos estudios (en educación y salud), deben tratar muy bien a sus hijos”, “lo que pasa es que desde que existen los derechos humanos a todo le llaman violencia”, “mantener desinformada a la pareja acerca de los ingresos económicos familiares no es violencia”, “en la sociedad hay problemas más importantes por resolver, los casos de violencia familiar son pocos”, “el abuso sexual y las violaciones solo ocurren en lugares peligrosos y oscuros, y el agresor suele ser un desconocido”, “más vale un golpe a tiempo con los hijos”…

El maltrato físico es visible y fácil de identificar debido a que los golpes dejan marcas evidentes en el cuerpo de la víctima. Sin embargo, existe otro tipo de maltrato difícil de reconocer, me refiero al emocional, su reconocimiento se dificulta debido a que no deja inscripción en el cuerpo y debido también a que la víctima (y el observador), no tienen los elementos para relacionar o identificar los daños, podríamos decir que es un maltrato invisible, existe pero no se ve. Jorge Corsi señala que un niño puede estar gravemente dañado desde el punto de vista emocional y sin embargo no mostrar cicatrices exteriores. Puede estar sufriendo el efecto paralizante de sentirse despreciable, sin comprender ni poder explicar el por qué.

Ejemplos del maltrato emocional infantil son, la violencia verbal crónica, la falta de respuesta emocional a las necesidades de contacto afectivo, el constante bloqueo de las iniciativas infantiles, la ausencia de contacto corporal, la indiferencia frente a sus estados de ánimo, hacerlos testigos de la violencia cotidiana entre los padres. Decirle a un niño de manera constante y recurrente que es un idiota, que no sirve para nada, que no debió nacer; que no llore y se aguante como los hombres; presionarlo o avergonzarlo con tal de que sobresalga en la escuela, en el deporte o en la vida social; que el padre nunca lo abrace ni lo bese porque “no se vaya a hacer homosexual”; que los papás divorciados le obliguen a tomar partido por alguno de los dos; que al hijo adoptivo le oculten la información de su pasado o que le hablen mal de sus padres biológicos; que la mamá diga en presencia de su hija: “me chocan los días festivos porque se suspenden las clases y me tengo que quedar todo el día con esta chiquilla”, son más que golpes, son dardos o balas directos al corazón, a la psique, al espíritu, que originan heridas difíciles de curar, que en ocasiones duran toda la vida y que matan poco a poco el alma del ser humano.

Las características de la víctima y del victimario (edad, característica del vínculo, temperamento, etc.), así como la intensidad y frecuencia del abuso emocional, determinarán el nivel del daño, pudiendo ir desde ansiedad, inseguridad y baja autoestima, pasando por trastornos de la personalidad, dificultades para el aprendizaje, enfermedades psicosomáticas y depresión, hasta conductas delictivas, suicidad u homicidas.

Los expertos en el tema nos recomiendan revisar las nociones míticas que hemos aprendido desde los cuentos infantiles y los textos escolares que muestran a la familia como lugar ideal. Seamos concientes de que la familia puede ser un frondoso árbol donde guarecerse y también puede ser una cuerda que ata… que asfixia… que ahorca. Sembremos y trabajemos día a día para construir árboles, no este tipo de cuerdas.



*Director Operativo de Amigo Daniel, A. C

viernes, 25 de marzo de 2011

La historia del Manzano por: Jorge Castorena Martínez

Esto me lleva a otra historia, había una vez un árbol de manzanas, mucha gente lo visitaba y los niños requerían de sus servicios, él soñaba con ser un enorme árbol, volar y llegar tan alto como el cielo, se la pasó todo el tiempo pensando y deseando, que se olvido de ser él mismo, con el tiempo sus ramas se debilitaron, sus hojas palidecieron y sus manzanas perdieron el sabor de la vida. Hasta que un día comenzó a escuchar más a su interior y se dio cuenta de lo que había pasado, escucho a la gente preocupada por saber que le sucedería al manzano, los niños dejaron de subir en el columpio por temor a romper sus ramas y los ancianos se preguntaban cuando  nacerían sus hojas para protegerse en la sombra. Entonces comprendió que el verdadero valor de él mismo era él mismo, que no tenía mas que ver en su interior de todo lo que era capaz, que podía ser útil a los demás si se brindaba con todos sus recursos, entonces comenzó a ser más el mismo, sus hojas brillaron con verdes de diferentes tonalidades, sus manzanas eran de lo más sabroso que pueda ofrecer la vida y la sombra ayudó a refrescar la vida de él y de los demás, ahora las aves comparten su historia y viven en sus ramas, y el árbol, nuestro querido árbol cada vez mejor.

martes, 22 de marzo de 2011

“Lucy la luciérnaga” Por: Jorge Castorena

En una bella serranía, donde la vida transcurría en una dinámica de interacciones a veces comunes, a veces triviales, a veces trascendentes; habitaba una comunidad de luciérnagas. Cada día las luciérnagas esperaban con ansia la llegada de la noche y donde la humedad de la lluvia era el llamado para brillar con mayor intensidad. La propia vida de la luciérnaga era una nueva metáfora de existencia: “después de la tormenta no sólo viene la calma, sino también la oportunidad de resplandecer en la oscuridad…”
Una de estas luciérnagas, llamada Lucy, sobresalía por ser afable y condescendiente con sus hermanas.  Preocupada por aprender de la vida, creía que si sólo veía el proceder de las demás, seguro recibiría lo mejor de ellas para vivir su propia existencia; y no es que eso no fuera aceptable en la vida de las luciérnagas, lo que pasaba es que Lucy pensaba que lo que aprendiera desde afuera era lo único y lo mejor.
Nada le impedía a Lucy estar al pendiente de las demás. Aunque ellas no lo necesitaran, procuraba resolverles sus pendientes, aún a costa de acumular los propios y dejarlos sin resolver. Pensaba que al servirles, seguro ellas le dejarían aprender su manera de vivir y así ella obtendría la filosofía o la verdad del existir. Ella creía que el estar a la disposición de las demás  le ayudaría a encontrar el significado de vivir y con ello el sentido de su existencia. Sin embargo las cosas parecían marchar al contrario de lo que Lucy esperaba, cada vez más luciérnagas la evitaban y trataban de tener el menor contacto con ella. Les molestaba la insistencia de Lucy para entrometerse en su cotidianeidad. Ellas sentían que les robaba espacio, intimidad, espontaneidad, libertad de ser ellas mismas. Lucy las hacía sentir obligadas a actuar de tal manera que siempre le dejaran una enseñanza de vida. Las demás luciérnagas no entendían por qué Lucy no se inventaba su propio estilo de vivir.
Así pasaron los días y como suele suceder para las verdades internas, el responsable de su vida es el último en enterarse. Eso mismo sucedía con Lucy.
El tiempo pasaba y ella no se explicaba cómo era posible que si había estado invirtiendo tanto en la vida de  las demás, como pago a su esfuerzo ya casi nadie le dirigía la palabra.
Poco a poco Lucy comenzó a sentirse sola, después triste y sola y finalmente triste, sola y sin ánimo para pensar cómo salir de ahí. Por fortuna la soledad y la tristeza le invitaban a reflexionar. --¿Dónde pude equivocarme?—Se cuestionaba Lucy. --¿Qué pude haber hecho mal si sólo trataba de aprender de la universidad de la vida? Esto le habían comentado sus mayores y se había apegado al pie de la letra.  
Estas ideas de Lucy dejaban constancia que su preocupación por aprender a lo largo de su vida le había llevado a tomar consciencia sólo de lo exterior. Pues bien, el desaliento y la desilusión comenzaron a invadirla. Quizá pensemos que esto era lo peor que le podía pasar a Lucy, que llegara el final de su vida; pero no es así, justamente el desaliento y la desilusión llegaban para que reflexionara desde su interior y hacerla mirar hacia ella misma y hacia su corazón. Estas emociones venían con una fuerte y sana energía para llevarla a un diálogo interno que inició una bella y oscura noche de tormenta.
El escenario estaba dispuesto para las luciérnagas. Podían salir a volar y resplandecer con la magia de su luz, entre más oscura se tornaba la noche mejor hacía sentir a todas las luciérnagas que cantaban y bailaban de felicidad. ¡Claro! todas menos Lucy, quien por fin contactaba con su interior y experimentaba un dolor punzante en su pecho como si su corazón quisiera salir de ahí y hablarle. Algo le decía que si quería seguir de la misma manera como hasta ahora, podría hacer lo mismo, después de todo ella ya sabía el resultado; o bien, podría hacer todo lo contrario para ver qué pasaba; pero que si buscaba respuestas, éstas sólo se encontraban en su interior.
En ello estaba Lucy cuando escuchó una voz: -vuela hacia el lago-. Al principio la asustó esa voz, ¿acaso se estaba volviendo loca?. La voz volvió a insistir -vuela hacia el lago-. Ahora se aterrorizó. Algo que había aprendido de la vida era que jamás debería volar hacia el lago,  ya que las luciérnagas pronto se cansan de volar y si no hubiese una ramita dónde posarse seguro se ahogarían. ¿Acaso era una invitación para el suicidio?. Después de reflexionar Lucy pensó que nada perdía con escuchar a su voz  interior. Confió y comenzó a volar hacia el lago.
Justo al llegar a la orilla una intensa luz destelló cerca de ella,  volteó pero no vio a nadie. Volvió a dirigirse hacia el lago y de nuevo la luz más hermosa que jamás había visto, volvió a deslumbrarla. ¿Podría ser esto verdad? –se preguntó-. No había duda, al verse reflejada en el lago, Lucy pudo constatar que la más bella luz, mágica, intensa y resplandeciente venía de ella misma.
Una gran alegría inundó su corazón. Ella lloraba pero de felicidad. Jamás había sentido tanta emoción en su corazón y comenzó a darse cuenta de todo el potencial de su interior. Ahora comprendía que la universidad de la vida enseña pero la universidad del corazón la había formado desde su interior.
Nunca más volvió Lucy a ser como antes y ahora vivió orgullosa de saber quién era en realidad.                                                                                                FIN