Esto me lleva a otra historia, había una vez un árbol de manzanas, mucha gente lo visitaba y los niños requerían de sus servicios, él soñaba con ser un enorme árbol, volar y llegar tan alto como el cielo, se la pasó todo el tiempo pensando y deseando, que se olvido de ser él mismo, con el tiempo sus ramas se debilitaron, sus hojas palidecieron y sus manzanas perdieron el sabor de la vida. Hasta que un día comenzó a escuchar más a su interior y se dio cuenta de lo que había pasado, escucho a la gente preocupada por saber que le sucedería al manzano, los niños dejaron de subir en el columpio por temor a romper sus ramas y los ancianos se preguntaban cuando nacerían sus hojas para protegerse en la sombra. Entonces comprendió que el verdadero valor de él mismo era él mismo, que no tenía mas que ver en su interior de todo lo que era capaz, que podía ser útil a los demás si se brindaba con todos sus recursos, entonces comenzó a ser más el mismo, sus hojas brillaron con verdes de diferentes tonalidades, sus manzanas eran de lo más sabroso que pueda ofrecer la vida y la sombra ayudó a refrescar la vida de él y de los demás, ahora las aves comparten su historia y viven en sus ramas, y el árbol, nuestro querido árbol cada vez mejor.
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